BOSS
20:32
Boss fue el perrito que más nos duró, que compartió con nosotros muchas cosas y por eso duele mucho no tenerlo más acá con nosotros.
Boss nunca se pudo pasear normalmente, porque era un perro con cuerpo de pony, demasiado grande y con mucha fuerza por lo que, quien lo sacará a pasear, terminaba siendo paseado por él. Quizás ese es nuestro mayor lamento, el no poder haber salido mucho con el.
De un patio gigante, paso a un patio chico, otro de los lamentos, muchas veces pensamos en regalar a Boss a alguien que tuviera parcela, el sólo hecho de pensarlo nos rompía el corazón y me ponía en la situación de el, decidimos que aunque fuera chico el patio el amor era aun más grande.
Su ausencia duele y mucho.
Duele el llegar a tu casa y que el no salga a recibirte, duele que al abrir el ventanal del patio ya nadie se pare con su pelota a buscarte o solamente a acompañarte, duele que mientras riego ya no está el a mi lado queriendo jugar con la manguera, duele saber que nunca más veré sus ojitos con delineado cleopatra o que meta su cabeza entre mis brazos para hacerle cariño, duele que ya no nos acompañe al cocinar, duele y mucho.
Boss estaba demasiado enfermito, nos dijeron que era genético y pesaba aun más la edad, lo tuvimos que dormir y creo que eso fue lo peor del proceso.
El sentimiento de culpa es increíble, lo pensamos mucho, nos sentíamos como si lo fuéramos asesinar, quizás si esperábamos a que se fuera en el sueño o muriera por su enfermedad iba a ser más normal, pero no, había que hacerlo y ha sido muy triste.
Lo amo y extraño demasiado, gracias por tanto y perdón por tan poco mi chanchoman.
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