El Jueves pasado fui a Santiago, el viaje lo llevaba planeando demasiado tiempo junto a Cami, una amiga, la cosa es que al final resulto y nos fuimos a la capital, como soy de viña, quizás para muchos ir a Santiago no es nada pero yo nunca voy y me encanta. Siempre a finales de año vamos a patronato y meiggs  con mi papá a comprar cosas para la navidad, regalos para los niños más chicos de la casa, adornos, ropa, aunque está igual en el precio que acá en viña, pero esta vez quería ir con amigas porque mi papa siempre me criticaba lo que me compraba diciéndome cachurera, ¿para qué te compras eso, lo necesitas? y al final no me compraba nada, hasta que fui con MI plata y me compre todo lo que quise.

Partimos con ver primero las tiendas y hacernos un mapa de lo que nos iba gustando, los precios, los modelos y después compraríamos, había de todo lo que andaba buscando, era mi perdición, quería comprarme todo lo que existía de Polar porque llegue a la conclusión de que acá hace más frío que en Santiago, me compre las calcetas de tela de toalla, según yo, ese es el mejor invento después del polar.

Soy fanática de las cosas de papeleria, me compre post it, tengo la media colección, me compre esos perritos de corazón, post it con caras, post it de corazon, unos clips con distintas formas, si de mi hubiera dependido me hubiera comprado toda esa tienda la amé. Vendian porta retratos de mariposa a 400 pesos, los post it a 200 al por mayor los clips a 350 todo muy barato, set de stickers a 100, que obvio que me traje muchos.

También me compre los collares que aca cuestan 2 mil pesos o 2500 allá costaban 850, eso sí creo que eran más de 4 o seis no me acuerdo, me compre muchos aros chiquititos, las famosas perlas que no pueden faltar en mi joyero, unas argollas y aros pegados a la orejas de distinto diseños, más unos esmaltes de distintos tonos de rosa, pestañas falsas y muchas bufandas, estaban demasiado baratas entre 1000 y 1500.

Había de todo, maquillaje, carteras a 2000, zapatos, muchos accesorios, quede fascinada, eso sí lo que me cargo fue que en cada tienda donde había un chino en la caja estaba almorzando y el olor a comida dentro de una tienda chica llena de personas no era muy agradable, incluso no soportaba estar en la misma tienda por mucho tiempo, lo otro que me cargo fue que para comprar algunas cosas había muchas condiciones, que no te lo puedes probar, tienes que llevar 3 del mismo estilo y blah blah blah pero igual fui feliz comprando todo lo que me compré, pude ponerle calma a mi instinto shopaholic. Iré de nuevo, obvio que si.